A pesar de las elevadas tasas de interés y la inflación crónica, la economía estadounidense creció a un ritmo anual del 2,9% entre julio y septiembre, según informó el miércoles el gobierno, en una saludable mejora de su estimación inicial.
El aumento del producto interno bruto de Estados Unidos -la producción total de bienes y servicios de la economía- en el último trimestre se produjo tras dos trimestres consecutivos de contracción. Ese descenso de la producción había suscitado el temor de que la economía pudiera haber entrado en recesión en el primer semestre del año, a pesar de que el mercado de trabajo seguía siendo sólido y el gasto de los consumidores era constante.
Desde entonces, la mayoría de los signos apuntan a una economía resistente, aunque de lento movimiento, liderada por la contratación constante, las abundantes ofertas de trabajo y el bajo desempleo. El informe gubernamental del miércoles mostró que el restablecimiento del crecimiento en el periodo julio-septiembre estuvo liderado por el sólido aumento de las exportaciones y el gasto de los consumidores, que fue más fuerte de lo que se informó en un principio.
Se trata de la segunda de las tres estimaciones que el Departamento de Comercio proporcionará sobre la expansión económica en el tercer trimestre. En su estimación inicial, el departamento había calculado que la economía creció a un ritmo anual del 2,6% el pasado trimestre.
Los economistas esperan que la economía logre un modesto crecimiento anual del 1% entre octubre y diciembre, según una encuesta realizada por el Banco de la Reserva Federal de Filadelfia.
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