Al celebrar la Misa del Domingo de Ramos, por segunda vez en la pandemia y sin multitudes de fieles, el Papa Francisco dijo que si bien la conmoción dominó el primer año de la emergencia de salud COVID-19, ahora la gente está más cansada de la situación y la crisis económica se agrava.
Tradicionalmente, el Papa encabeza una procesión del Domingo de Ramos a través de la Plaza de San Pedro, frente a decenas de miles de peregrinos y turistas que sostienen ramas de olivo y palmas trenzadas, antes de celebrar una misa al aire libre.
Pero tal cual lo hizo Francisco en la primavera de 2020, pocas semanas después de que estallara el brote de COVID-19 en Italia, (el primer país de Occidente en ser afectado por la pandemia) el pontífice dirigió el servicio solemne, que da inicio a la Semana Santa, dentro de la Basílica de San Pedro.
Las preocupaciones por la seguridad pandémica, las restricciones del gobierno italiano a los viajes y a otros comportamientos, han mantenido alejadas a las multitudes habituales de turistas y peregrinos que se congregan durante esta celebración.
“Por segunda vez estamos viviendo la Semana Santa en el contexto de la pandemia”, dijo Francisco, con alrededor de 120 fieles, incluidas monjas y algunas familias o parejas, sentados muy separados en los bancos. ”El año pasado, estábamos más conmocionados. Este año es más difícil para nosotros y la crisis económica se ha agravado".
Al igual que los que estaban en las bancas, los participantes en la procesión de 30 cardenales vestidos de rojo llevaban máscaras protectoras, pero el Papa, sosteniendo una palma trenzada, fue el único que no uso una. Cojeaba notablemente y al menos una vez requirió de ayuda para subir las escaleras. Francisco ha sufrido durante mucho tiempo de ciática y recientemente tuvo un episodio grave de la afección, que puede desencadenar dolor en las piernas y la espalda.
En medio del sufrimiento de la pandemia, Francisco dijo: "Nos encontramos con los rostros de tantos hermanos y hermanas en dificultades. No pasemos de largo, dejemos que nuestro corazón se mueva con compasión y acerquémonos”, dijo.
El Papa ha dedicado gran parte de su trayectoria a llamar la atención sobre quienes viven al margen de la sociedad, incluidos los desamparados, los pobres y los migrantes.
A excepción de la procesión del Vía Crucis en la Plaza de San Pedro para conmemorar el Viernes Santo, todos los servicios de Semana Santa en el Vaticano este año se llevarán a cabo dentro de la basílica, incluida la Misa de Pascua en la culminación de la Semana Santa.
Los fieles no podrán asistir al servicio nocturno del Viernes Santo, un ritual con antorchas que generalmente se lleva a cabo en el Coliseo de Roma.
El gobierno italiano ha impuesto estrictas medidas de seguridad contra la pandemia para el fin de semana de Pascua. Esas medidas incluyen una prohibición nacional de comer en restaurantes o cafés y de viajar entre regiones y ciudades. A las personas se les permite solo una visita de vacaciones por día a las casas de familiares o amigos del 3 al 5 de abril.
Francisco terminó sus comentarios invitando a orar por las víctimas de un atentado suicida frente a una catedral católica romana abarrotada durante los servicios del Domingo de Ramos en Indonesia, que hirió al menos a 14 personas, dijo la policía de la nación asiática.
ARTÍCULO POR: FRANCES D'EMILIO
FOTOGRAFÍA: GIUSEPPE LAMI
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
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