Quiero empezar por agradecer a los 50 de millones de brasileños que votaron por mí el 30 de octubre. Las protestas populares que estamos viendo son fruto de la indignación y el sentimiento de injusticia de cómo se dio el proceso electoral. Las manifestaciones pacíficas siempre serán bienvenidas, pero los métodos no pueden ser los de la izquierda, que siempre perjudican a la población, como la invasión de propiedad, destrucción del patrimonio y afectando el derecho a la convivencia. Nuestra robusta representación en el congreso representa nuestros valores: Dios, Patria, familia y libertad. Formamos alianzas a lo largo de todo Brasil y nuestros sueños están más vivos que nunca. Enfrentándonos a todo el sistema superamos una pandemia y las consecuencias de una guerra. Siempre fui tildado como antidemocrático, pero contrario a mis opositores siempre jugué dentro de las líneas de la constitución. En cuanto a la presidencia de la República y como ciudadano, continuaré cumpliendo con los mandatos de nuestra constitución.
El Supremo Tribunal Federal de Brasil ordenó el martes a la policía federal de caminos que despeje de inmediato cientos de carreteras en todo el país bloqueadas por camioneros que apoyan al presidente brasileño Jair Bolsonaro y que desconocen la derrota del mandatario en las elecciones del domingo por parte del expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
La mayoría de los jueces del tribunal respaldó la decisión, que acusa a la policía de caminos de “omisión e inercia”. El incumplimiento supone que su director puede ser multado con hasta 100.000 reales (más de 19.000 dólares) por hora, ser destituido de sus funciones e incluso enfrentarse a un arresto.
Los fiscales federales en los estados de São Paulo y Goiás dijeron que habían abierto investigaciones sobre los bloqueos.
Para el mediodía del martes, la policía de caminos había retirado 306 bloqueos, pero aún quedaban más de 260.
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