China terminó el sábado la construcción de un hospital de 1.500 habitaciones para pacientes con COVID-19 en cinco días para combatir un aumento en las infecciones en una ciudad al sur de Beijing, informaron medios estatales.
El hospital es uno de los seis con un total de 6.500 habitaciones que se están construyendo en Nangong en la provincia de Hebei, dijo la agencia de noticias Xinhua. Todos deben completarse dentro de la próxima semana.
China, que contuvo en gran medida la propagación del coronavirus, ha sufrido cientos de infecciones este mes en Nangong y en la capital provincial de Hebei, Shijiazhuang, al suroeste de la capital china.
El gobernante Partido Comunista lanzó un programa similar de construcción rápida de hospitales al comienzo del brote el año pasado para establecer hospitales de aislamiento en Wuhan, la ciudad central donde se detectó el virus por primera vez a fines de 2019.
A nivel nacional, la Comisión Nacional de Salud informó 130 nuevos casos confirmados, 90 de los de Hebei, en las 24 horas hasta la medianoche del viernes.
Hubo 645 casos, dos de ellos adquiridos en el extranjero, en tratamiento en Nangong y Shijiazhuang, según Xinhua.
En Shijiazhuang, las autoridades terminaron la construcción de un tercio de las habitaciones en una instalación de coronavirus planificada de 3.000 habitaciones, dijo el sábado la televisión estatal.
Más de 10 millones de personas en Shijiazhuang se sometieron a pruebas de virus el viernes por la noche, dijo Xinhua, citando al vicealcalde, Meng Xianghong. Dijo que se encontraron 247 casos transmitidos localmente.
Mientras tanto, los investigadores enviados por la Organización Mundial de la Salud se encuentran en Wuhan preparándose para investigar los orígenes del virus. El equipo, que llegó el jueves, estuvo en cuarentena de dos semanas, pero debía hablar con expertos chinos por enlace de video.
La llegada del equipo se retrasó durante meses por disputas diplomáticas que provocaron una rara queja pública por parte del jefe de la OMS.
Ese retraso y las órdenes secretas del partido gobernante a los científicos de no hablar públicamente sobre la enfermedad, han planteado dudas sobre si Pekín podría intentar evitar descubrimientos que dañarían su autoproclamado estado como líder en la batalla antivirus.
ARTÍCULO POR: JOE MCDONALD
FOTOGRAFÍA: MARK SCHIEFELBEIN
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
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