Más de 30 organizaciones de salud nacionales y provinciales están tratando de decidir cuál de los efectos devastadores que COVID-19 ha tenido en la atención médica canadiense debe abordarse primero, mientras trabajan para sacar al país de la crisis.
La Asociación Médica Canadiense y la Asociación Canadiense de Enfermeras celebraron una cumbre de emergencia para discutir cómo avanzar luego de que la pandemia llevara al sistema de salud a un punto de quiebre, sin un final aparente a la vista.
Las organizaciones están particularmente preocupadas por el aumento de los retrasos quirúrgicos y el efecto que tendrá en la calidad de vida de los pacientes en los próximos años.
El bienestar de los trabajadores de la salud también es un tema importante; ya que el personal ha informado sentirse agotado y desmoralizado, alegando falta de profesionales durante 18 meses seguidos.
La CMA y otras organizaciones ya están trabajando juntas para presionar al gobierno buscando la creación de una agencia nacional de personal de salud para planificar mejor el futuro de los recursos humanos de salud, dijo Linda Silas, presidenta de la Federación Canadiense de Enfermeras.
La CFN quiere que la cumbre continúe centrando su defensa en la escasez de trabajadores de la salud, que se ha agravado por el agotamiento de las enfermeras y otros trabajadores que han abandonado la industria por completo.
Silas dijo que las enfermeras se sienten sobrecargadas y abrumadas y que eso está afectando el nivel de atención que pueden brindar a sus pacientes.
“La culpa les pesa sobre los hombros todo el tiempo porque no pueden hacer su trabajo de manera adecuada”, dijo.
Dijo que la cumbre no solo se ocupa de los problemas hospitalarios como los retrasos quirúrgicos y las camas de las UCI abarrotadas, sino también del impacto que la pandemia ha tenido en la atención a la tercera edad y la atención domiciliaria.
ARTÍCULO POR: LAURA OSMAN
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN: ELIANA GONZÁLEZ
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