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Writer's pictureEliana González

El Papa pide perdón a las comunidades indígenas por los abusos escolares en Canadá

El jefe Wilton Littlechild sintió una oleada de emociones y lágrimas en los ojos cuando escuchó al Papa Francisco disculparse en el Vaticano el viernes por el papel que jugó la Iglesia Católica Romana en el asunto de las escuelas residenciales.


El Papa pide perdón a las comunidades indígenas por los abusos escolares en Canadá.
El Papa pide perdón a las comunidades indígenas por los abusos escolares en Canadá.

Las palabras llegaron en el cumpleaños número 78 del jefe. Fue especialmente significativo, dijo, porque durante los 14 años que asistió a una escuela residencial cuando era niño en Alberta, no se le permitió celebrar.


“Lo esperaba, recé por ello, lo soñé”, dijo. “Pero nunca esperé vivirlo, verlo y sentirlo”.

El pontífice se paró ante un salón de casi 200 delegados indígenas en la Sala Clementina, uno de los salones del Palacio Apostólico, y pidió perdón a Dios por la deplorable conducta de los miembros de la iglesia.


“Quiero decirles con todo mi corazón: lo siento mucho”, dijo Francisco en italiano durante una reunión final con los delegados de las Primeras Naciones, Inuit y Metis. “Y me uno a mis hermanos, los obispos canadienses, para pedirles perdón”.

Francisco dijo que sentía vergüenza y tristeza de que los católicos, en particular los encargados de la educación, causaran un daño tan significativo.


También dijo que vendrá a Canadá, posiblemente en el verano.


Las lágrimas también corrían por el rostro de Angie Crerar. La anciana de la comunidad Metis, de 85 años, dijo que podía ver que Francisco hablaba con sinceridad.


“Mi corazón está tan lleno que apenas puedo hablar”, dijo.

La reunión de una hora fue una mezcla de oración solemne con momentos de risas, música y baile. El anciano Fred Kelly oró por los niños que iban a las escuelas residenciales y se hizo otra oración en el idioma dene. El “Padre Nuestro” fue cantado en Inuktitut.


Estos acontecimientos fueron la culminación de años de trabajo en Canadá y una semana de reuniones en el Vaticano, dijo el jefe Gerald Antoine, líder de la delegación de la Asamblea de las Primeras Naciones.


Se sentía como ver huellas de alces frescas en la nieve, dijo Antoine, esa sensación de saber que existe una posibilidad real de éxito.


Natan Obed, presidente de Inuit Tapiriit Kanatami, dijo que en el momento de la disculpa, no pudo evitar pensar en cómo las personas pueden cambiar el mundo. Pensó en cómo puede haber un camino hacia la justicia.


“Detrás de los encubrimientos, detrás de la indiferencia durante 100 años, detrás de las mentiras, detrás de la falta de justicia, este Papa, el Papa Francisco, decidió atravesarlo y decidió pronunciar las palabras que las Primeras Naciones, los Inuit y los Metis han estado anhelando escuchar durante décadas”, dijo Obed.

Algunos miembros habían expresado su aprensión y ansiedad antes de la última reunión de la semana con el Papa; ya que no estaban seguros de cuál sería el resultado.


“Sé lo importante que serán esas palabras para nuestros sobrevivientes en casa”, dijo Cassidy Caron, presidenta del Consejo Nacional de Metis.


Se estima que 150.000 niños indígenas fueron obligados a asistir a escuelas residenciales y más del 60 por ciento de las escuelas estaban a cargo de la Iglesia Católica.


Los grupos indígenas involucrados en la delegación también solicitaron que la iglesia proporcione reparaciones para apoyar la curación, devuelva los artefactos indígenas y comparta cualquier documento sobre las escuelas residenciales.


El primer ministro Justin Trudeau dijo que espera que el Papa Francisco venga a Canadá para entregar esa disculpa en persona y elogió la valentía y la determinación de los sobrevivientes que abogaron por ella.


“La disculpa de hoy es un paso adelante en el reconocimiento de la verdad de nuestro pasado para corregir los errores históricos; pero aún queda trabajo por hacer”, dijo en Ottawa.

La Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá publicó un extenso informe que detalla el maltrato en las escuelas, incluido el abuso emocional, físico y sexual. En él se incluyó un llamado a la acción para que el Papa entregue una disculpa en suelo canadiense.


En el Vaticano, hubo un intercambio de regalos celebrando los hechos. El Papa Francisco recibió una cruz hecha con barbas, con un sistema de filtración en la boca de una ballena de Groenlandia, colocada en una bolsa de piel de foca. También recibió una estola de cuero con cuentas, que es un chaleco litúrgico, raquetas de nieve tradicionales hechas a mano, así como un libro de recuerdos de los sobrevivientes de la escuela residencial.


A cambio, el Papa entregó a cada grupo indígena una rama de olivo de bronce como señal de paz y reconciliación, dijo la Conferencia de Obispos Católicos de Canadá.


Murray Sinclair, expresidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, dijo en un comunicado que la disculpa es un paso importante que se debió dar hace mucho tiempo.


Dijo que pensó en Littlechild, que ha estado en el viaje a Roma durante mucho tiempo, y le deseó un feliz cumpleaños.


“Ojalá pudiéramos retroceder en el tiempo para decirle a ese niño de seis años que asistió a una escuela residencial en Alberta, que un día estaría en la habitación, escuchando una disculpa directamente del Papa, por todo lo que ha pasado, dijo Sinclair.


ARTÍCULO POR: KELLY GERALDINE MALONE EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ MÁS INFORMACIÓN NACIONAL

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