El ministro de Recursos Naturales, Jonathan Wilkinson, dijo que pasarán una o dos semanas antes de que Canadá sepa con certeza cuánto petróleo adicional puede producir y enviar para ayudar a compensar las prohibiciones sobre el uso de combustibles fósiles de Rusia; pero mencionó que las conversaciones a más largo plazo sobre la asociación de Canadá con Europa en energía renovable probablemente serán más realistas y lucrativas.
Wilkinson ha pasado la mayor parte de su tiempo hablando por teléfono con los socios del G7 y los ejecutivos de la industria energética, discutiendo la mejor manera de ayudar a Europa a reducir su dependencia de Rusia como fuente de energía.
Pasó la mayor parte de la semana pasada en una conferencia sobre energía en Houston, tuvo varias llamadas con la secretaria de Energía de EE. UU., Jennifer Granholm, y el jueves, una llamada de dos horas con los ministros de energía del G7. El ministro de energía de Ucrania también se unió a parte de esa última discusión.
“En el contexto de las discusiones, no solo con los estadounidenses, sino también con los europeos, esencialmente nos hemos pedido unos a otros, aquellos de nosotros que somos productores de petróleo y gas, que analicemos lo que podamos hacer”, dijo en un comunicado.
Todas estas conversaciones apuntan hacia el 23 de marzo, cuando la Agencia Internacional de Energía organizará una reunión de ministros de energía en París.
“Mi expectativa es que, para cuando vaya a París, tengamos una visión bastante clara de lo que podemos hacer”, dijo. “Quiero decir, tenemos limitaciones en cuanto a la capacidad de los oleoductos, obviamente, pero la capacidad de utilizarla por completo, en este momento para ayudar a estabilizar los mercados energéticos mundiales y ayudar a nuestros amigos y aliados en Europa es definitivamente algo que estamos buscando".
Pero incluso como el cuarto mayor productor de petróleo del mundo, el papel de Canadá para resolver las necesidades inmediatas de combustibles fósiles de Europa será limitado. Canadá exporta alrededor de 3,6 millones de barriles de petróleo al día, pero el 97 por ciento va a los Estados Unidos.
El ministro de Medio Ambiente, Steven Guilbeault, estimó esta semana que Canadá podría aumentar la producción en 200.000 barriles por día. Tristan Goodman, presidente de la Asociación de Exploradores y Productores de Canadá, dijo que podríamos hacer el doble de esa cantidad "si tenemos suerte".
Para reemplazar todo el petróleo que recibe de Rusia, Europa necesita tres millones de barriles al día.
Los críticos del gobierno argumentan que la incapacidad de los liberales para construir nuevos oleoductos ha limitado la industria petrolera de Canadá y es por eso que ahora, cuando se necesita con urgencia, no podemos ayudar en gran manera.
El premier de Alberta, Jason Kenney, dijo la semana pasada que si el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, no hubiera cerrado el oleoducto Keystone XL hace un año, podría haber estado disponible para reemplazar el petróleo ruso a fines de este año.
Los liberales en Canadá respaldaron ese proyecto; pero están eludiendo cualquier intento enérgico de pedirle a la administración de Biden que lo reviva.
Wilkinson dijo que lo planteó con Granholm en Texas, pero Biden hizo campaña con la promesa de cancelarlo, y Wilkinson dijo que no cree que eso vaya a cambiar.
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Canadá tampoco tiene una reserva de petróleo estratégica a la que recurrir en caso de emergencia, como sí es el caso de Estados Unidos. Sin embargo, Wilkinson dijo que este no es el momento de alejarse de las inversiones en energía limpia para sacar más petróleo por la puerta. De hecho, dijo que sus discusiones con Europa son en gran parte sobre la transición más rápida a energías limpias como el hidrógeno.
“Estamos en este período de transición en el que debemos abordar la crisis de seguridad energética inmediata que surge debido a las brutales acciones de Rusia en Ucrania”, dijo. “Pero creo que todos entienden que el mundo debe girar hacia un futuro bajo en carbono”.
Europa, dijo, se está moviendo más rápido para adoptar vehículos eléctricos que la mayor parte del mundo y, como resultado, la demanda de petróleo en el continente va a disminuir.
“Así que no estoy seguro de que los oleoductos adicionales hubieran sido una victoria a largo plazo”, dijo.
Canadá y Europa se están enfocando mucho en lo que se puede hacer para alejarse más rápidamente del petróleo y el gas natural. El hidrógeno, que ambos países quieren adoptar más fuertemente como fuente de electricidad, requiere una acumulación de demanda y producción en Canadá antes de que se puedan contemplar las exportaciones, dijo Wilkinson. Pero saber qué va a querer Europa y con qué rapidez lo querrán es fundamental”, dijo.
“Así que esas son exactamente las conversaciones que tendré en París”, concluyó.
ARTÍCULO POR: MIA RABSON
FOTOGRAFÍA: ALEX PANETTA
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
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