Con motivo de sus 100 primeros días a la cabeza de Estados Unidos, el presidente Joe Biden instó al Congreso el miércoles a aprobar billones en gastos en infraestructura y servicios sociales, y dijo que el país enfrenta una prueba urgente para la democracia.
Biden habló durante poco más de una hora en una sesión conjunta del Congreso, con la presidenta Nancy Pelosi y la vicepresidenta Kamala Harris detrás de él, lo que marca la primera vez que dos mujeres se sientan detrás del presidente durante un discurso ante el Congreso. Señaló desde el principio que fue el primer presidente en saludar a la "Señora vicepresidenta" en una sesión conjunta, diciendo "ya era hora".
Habló con una audiencia más pequeña que el público habitual; ya que las limitaciones a causa del COVID-19 continúan aplicándose en el Capitolio. Solo se le permitió asistir a unos 200 miembros del Congreso y otros funcionarios. Biden usó una mascarilla en su camino al salón de la Cámara de Representantes e intercambió golpes de puño con senadores y miembros del Congreso.
En su discurso, el presidente citó cada una de las cuatro crisis que han temas a tratar desde su campaña: la pandemia, la economía, el clima y la justicia racial. Señaló la reciente condena por asesinato de Derek Chauvin, el ex oficial de policía de Minneapolis que mató a George Floyd, y pidió al Congreso que aprobara una legislación de reforma policial que lleva el nombre de Floyd. También abordó otros temas controversiales, pidiendo que se tomen medidas sobre las armas, la inmigración y los derechos de voto.
Biden mencionó la insurrección que sacudió al Capitolio el pasado 6 de enero al comienzo de su discurso, calificándola de "el peor ataque a nuestra democracia desde la Guerra Civil". También dijo que dicho acto planteaba una "crisis existencial, una prueba de si nuestra democracia podría sobrevivir".
Dijo que el país pasó esa prueba, pero que el Congreso ahora debe demostrar que el gobierno puede actuar.
"Tenemos que demostrar que la democracia todavía funciona", dijo Biden. "Que nuestro gobierno todavía funciona y que le podemos cumplir a nuestra gente".
Biden también dijo que su optimismo sigue intacto y que promocionó los éxitos de sus primeros 100 días en el cargo. Señaló que se han entregado 220 millones de dosis de vacunas y destacó los cheques de ayuda de $ 1.400 que fueron entregados con el "Plan de Rescate Americano" (American Rescue Plan) de $ 1,9 billones.
Posteriormente, instó al Congreso a no detenerse allí; presentando sus planes de infraestructura, gastos para cuidado infantil y para la educación.
Luego mencionó a la competencia global, diciendo que Estados Unidos está en una carrera contra las autocracias, citando específicamente a China, para ganar el siglo XXI.
"Los autócratas no ganarán el futuro", dijo Biden. "Lo haremos. Estados Unidos lo hará. El futuro le pertenece a nuestro país".
También instó al Congreso a pagar sus programas aumentando las tasas impositivas de los ricos, aunque dijo que aquellos que ganan menos de $ 400.000 al año no se verían afectados. Dijo que reforzaría la capacidad del Servicio de Impuestos Internos para tomar medidas enérgicas contra la evasión fiscal y calificó la reforma fiscal de 2017 del ex presidente Trump como una "gran ganancia inesperada para las empresas estadounidenses".
El discurso también expuso algunos puntos de referencia de su progreso, incluidos 1,3 millones de puestos de trabajo que se han ganado en los últimos tres meses.
“Estados Unidos está en movimiento nuevamente”, dijo.
ARTÍCULO POR: GENE MADDAUS
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
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