Con la aparición de la variante COVID-19 Ómicron, aparentemente más transmisible, un epidemiólogo de control de infecciones de Ontario dijo que el uso de máscaras N95 en entornos públicos frente a otros tipos de mascarillas se está volviendo crítico para la protección personal.
Colin Furness, quien también es profesor asistente en la Universidad de Toronto, dijo que cuando las máscaras se introdujeron por primera vez al comienzo de la pandemia, existía una fuerte obligación social tanto en la necesidad de proteger a los demás de las gotas de saliva como en el intento de bloquear "hasta cierto punto" los fluidos bucofaríngeos de las otras personas. Sin embargo, cuando se le preguntó sobre el uso de mascarillas de tela y máscaras quirúrgicas, dijo que Ontario se encuentra en "un lugar diferente" actualmente.
“Para empezar, entendemos que la transmisión aérea no es una posibilidad, sino una forma importante en la que se propaga el COVID-19, particularmente con variantes que son más contagiosas”, dijo. "Si la persona está vacunada, no está usando una máscara para proteger a otras personas de sus gotas de saliva, está usando una máscara para protegerse de los fluidos de otras personas".
Furness dijo que cuando se trata de elegir máscaras N95, señaló que hay una variedad de opciones en el mercado, incluidas CN95 y KN95. Dijo que las máscaras se fabrican básicamente con un estándar en el que se respira y el 95 por ciento de las partículas pequeñas se filtran.
"Eso es seguro, eso es enormemente seguro, estás respirando a través de esa tela y está bloqueando las cosas indeseadas, está bloqueando el virus", dijo Furness, y agregó que la disponibilidad actual de tales máscaras es mucho mayor en comparación con el comienzo de la pandemia. “Hay muchas variedades diferentes, pero todas hacen lo mismo. Usarlas es la forma más segura de permanecer fuera del alcance del virus cuando estás compartiendo el aire con otros en espacios públicos".
Dijo que cuando se trata de las máscaras quirúrgicas desechables azules, estas ofrecen una buena protección; pero con los lados que tienden a dejar aberturas a los laterales del rostro, las máscaras pierden efectividad.
Sin embargo, Furness dijo que ha escuchado de algunos que trabajan en la primera línea tienen el mandato de usar ese tipo de máscaras; ya que los respiradores premium N95 deben someterse a una prueba de ajuste, algo que dijo que es más aplicable a un entorno hospitalario de alto riesgo.
Si bien Furness dijo que no lo ha probado y no puede respaldarlo, dijo que existen unos aparatos de mascarillas que han llegado al mercado para ayudar a crear un sello más apretado en ese tipo de máscaras, calificando la adición de eso como "una estrategia bastante inteligente".
En cuanto a las máscaras de tela hechas en casa o compradas en tiendas, dijo que es importante que haya tres capas, dos de tela y una capa de polipropileno, para ayudar a proteger contra la transmisión de gotas de fluidos bucofaríngeos. Sin embargo, agregó que muchos no son tan buenos para protegerse.
Independientemente de la máscara, Furness dijo que hay una pauta simple a seguir cuando se trata de elegir la cubierta facial adecuada.
“Encuentre una que le quede bien, que cuando se la coloque se mueva físicamente hacia adentro y hacia afuera cuando respira y luego sepa que está formando un sello decente”, dijo.
Mientras tanto, Ontario continúa viendo un rápido crecimiento de casos relacionados con la variante Ómicron. Durante una actualización en Queen's Park el martes por la tarde, el director médico de salud de Ontario, el Dr. Kieran Moore, dijo que se estima que la variante es más transmisible que la variante Delta y que, en comparación, infecta de cuatro a ocho veces más personas. Sin embargo, agregó que aún se está trabajando para comprender la variante y su gravedad.
Moore también anunció nuevas medidas en los hogares de ancianos y de cuidados a largo plazo de la provincia, como restringir las visitas generales a quienes estén completamente vacunados.
Furness hizo eco de las preocupaciones planteadas por Moore cuando se trata de la variante Ómicron.
“No es necesario que produzca una enfermedad más grave para colapsar nuestro sistema de atención médica. Es un juego de números. Si contagiamos a un millón de personas al mismo tiempo, no podremos proporcionar camas de hospital para las personas que las necesiten y cuando eso suceda, la mortalidad aumentará ”, dijo.
“Ese momento va a llegar muy rápido. El tiempo de duplicación de esta nueva variante es muy rápido y ya está aquí y se está propagando; por lo que en las próximas dos o tres semanas tendremos una situación que creo que realmente no hemos visto o imaginado antes y luego desaparecerá con la misma velocidad... pues en contraparte también habrá una aceleración en la administración de las terceras dosis de la vacuna, algunas personas elegirán usar máscaras N95 y seguramente se cerrarán algunas cosas para reducir el tiempo en el que se mantendrá esta variante en la cima de las infecciones causadas por el virus".
ARTÍCULO POR: NICK WESTOLL
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
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