Los habitantes de Ontario recientemente comenzaron a escuchar a sus principales funcionarios gubernamentales y de salud hablar de "aprender a vivir con el COVID-19"; pero eso no significa volver inmediatamente a la vida que teníamos en el 2019 y las autoridades deberían modificar un poco sus mensaje, afirman los expertos.
El Dr. Kieran Moore, director médico de salud de Ontario, ahora usa la frase, al igual que la doctora principal de Toronto, el ministro de salud de Ontario y el premier Doug Ford.
Pasar del mensaje predominante de "quedarse en casa" a "aprender a vivir con eso" será difícil para muchas personas, dijo la Dra. Anna Banerji, profesora de la Escuela de Salud Pública de Dalla Lana.
“Todos tenemos un trauma colectivo, todo el mundo lo tiene hasta cierto punto. Se trata de un trauma colectivo desarrollado durante los últimos años”, dijo. “Creo que será algo difícil para la gente el adaptarse a este cambio”.
Para algunos, el mensaje representa una transición bienvenida; pero esta debe hacerse de manera gradual porque el sistema de atención de la salud todavía está en apuros, dijo.
“Puede que no parezca tanto el que el gobierno diga: 'Tienes que tomar estas medidas para mantener segura a la sociedad'; pero creo que eso probablemente se transformará en preguntas como: '¿Cuáles son los riesgos?, ¿Quién está a su alrededor?'".
Justin Presseau, copresidente del grupo de trabajo de ciencias del comportamiento de la Junta Científica de Ontario, dijo que personalmente no es un fanático de la narrativa de "aprender a vivir con el virus".
“Todos nosotros ya hemos estado 'viviendo con este virus' durante más de dos años y muchas personas ya han hecho muchos sacrificios y/o experimentado pérdidas como parte del hecho de vivir con el virus”, dijo. “Dados los mensajes anteriores sobre cómo mantenerse a salvo, me gustaría ver una transición más matizada de apoyo y comunicación sobre cómo continuamos trabajando juntos como comunidad para mantenernos seguros a nosotros mismos y a los más vulnerables hasta el final de la ola de Ómicron actual que esperamos que se esté moviendo hacia un regreso a la normalidad”.
Raywat Deonandan, epidemiólogo y profesor asociado de la Universidad de Ottawa, dijo que usar la frase "aprender a vivir con el COVID-19" es problemático porque ha sido el "grito de guerra" de los minimizadores del COVID-19 durante los últimos dos años.
“Creo que lo que la gente escucha es rendirse y eso no es lo que deberían escuchar”, dijo.
Más bien, es una aceptación de que COVID-19 continuará circulando hasta cierto punto en el futuro previsible; pero la gente no necesariamente debería estar aterrorizada, dijo Deonandan.
“No significa que abramos las puertas y desechemos todas las herramientas de mitigación”, dijo.
Significa levantar gradualmente las medidas con "la magia de la vacunación", aunque se reconoce que algunas personas seguirán contrayendo COVID-19, y otras se enfermarán y morirán; pero con suerte en cantidades tan pequeñas que ya no será de interés periodístico, dijo Deonandan.
“Creo que parte del mensaje debería ser que no debemos tener miedo”, dijo. “De hecho, nunca deberíamos haber tenido miedo por nosotros mismos individualmente. Siempre debimos tener miedo por aquellas personas que no pueden protegerse a sí mismas y por el sistema de atención médica”.
El riesgo individual se ha reducido a un nivel extremadamente bajo para las personas que están completamente vacunadas y que han obtenido su reforzado, pero el peligro aún no es nulo, dijo Deonandan.
También hay diferentes consideraciones para las personas que tienen niños pequeños que aún no pueden vacunarse y para aquellos que tienen un riesgo más alto o viven con alguien en esa categoría, agregó Deonandan.
El Dr. Noah Ivers, médico de familia en Women's College Hospital, dijo que cuando los funcionarios hablan de aprender a vivir con el COVID-19, deben seguir esa declaración especificando lo que quieren decir.
Hay ciertas medidas de salud pública que seguirán marcando una gran diferencia, dijo Ivers, incluida una mejor ventilación, mejores políticas de licencia por enfermedad y personas que se queden en casa cuando estén enfermas.
“Para aquellas personas que viven con ciertas discapacidades, ya sean físicas, mentales o relacionadas con su sistema inmunitario, creo que sería realmente tranquilizador el escuchar que la sociedad ha aprendido de esto y sabe cómo ayudarlas a mantenerse seguras ahora y en el futuro, haciéndoles saber que no se trata de una comunidad que quiere olvidar todo esto y volver a olvidarlos”.
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
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