Los farmacéuticos de Canadá instan a los gobiernos provinciales a que les permitan proporcionar vacunas de rutina.
Esta solicitud se produce cuando los funcionarios de salud afirman que han visto una disminución significativa en la administración de las vacunas de rutina durante la pandemia.
"Es, por mucho, el mayor declive que hemos visto", dijo el Dr. Jia Hu, médico de cabecera, quien agregó que la cantidad de personas que solicitan vacunas de rutina ha disminuido sustancialmente.
"Normalmente, las tasas de vacunación son bastante estables", dijo Hu. “No es como que un año el 90 por ciento de las personas se vacunen contra el sarampión y el próximo año solo el 85% lo haga”.
El Dr. Hu atribuye gran parte del descenso a la pandemia. Desde que el COVID-19 comenzó a propagarse, muchas personas han estado evitando los consultorios médicos. El Dr. Hu también relaciona la disminución con el declive de los programas de vacunación en las escuelas.
"Realmente queremos llegar a las tasas de aceptación previas a la pandemia porque no queremos ver cosas como brotes de sarampión y personas que contraigan el VPH o el cáncer de cuello uterino con más frecuencia en el futuro".
Una encuesta reciente de la Asociación de Farmacias de Vecindarios de Canadá muestra que uno de cada cuatro adultos no ha recibido una vacuna de rutina. Los datos también sugieren que hasta el 35 por ciento de los niños también pueden haber perdido una vacuna estándar crítica.
La asociación de farmacias encuestó a 9.091 canadienses entre finales de agosto y principios de octubre. La encuesta encontró que el 26 por ciento de los encuestados omitieron o retrasaron una vacuna porque no querían visitar a un médico de familia o al consultorio de salud pública durante la pandemia.
Sandra Hanna, directora ejecutiva de la Asociación de Farmacias de Vecindarios de Canadá, dijo que ofrecer vacunas regulares en las farmacias podría aumentar los números de vacunación.
"En nuestra encuesta, también encontramos que alrededor del 70 por ciento de los encuestados que afirmaron que retrasaron u omitieron una vacuna de rutina, dijeron que esas vacunas aplazadas u omitidas podrían haberse evitado si hubiera un mejor acceso a los proveedores de atención médica que administran las vacunas", explicó Hanna.
En este momento, si un paciente desea recibir una vacuna de rutina en una farmacia, tendrá que pagar de su bolsillo. El servicio podría costar cientos de dólares.
“Los farmacéuticos pueden hacer eso, están capacitados para ello, pueden asumir esa responsabilidad”, dijo Hanna. "El desafío es tener acceso a las vacunas financiadas con fondos públicos".
Por ahora, el Dr. Hu espera que los funcionarios sean más creativos para aumentar las cifras anuales de vacunación de rutina.
“Desde la perspectiva de los sistemas, creo que sería una gran idea idear formas novedosas de restaurar la atención de rutina, como hacer que las farmacias administren estas vacunas”, admitió el Dr. Hu."Necesitamos volver a movilizar el sistema de salud para lidiar con cosas que no son el COVID-19".
ARTÍCULO POR: MELISSA NAKHAVOLY Y QUINTIN BIGNELL
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
Comments