Desde abril, la investigadora independiente Nora Loreto ha estado rastreando diligentemente cada muerte relacionada con COVID-19 en Canadá y dónde comenzaron esas infecciones.
“No puedo decirles lo sorprendida que estoy de que yo rastree esta lista”, dice Loreto.
Las revelaciones son crudas. Loreto ha descubierto que más del 80 por ciento de todas las muertes en Canadá se remontan a brotes en entornos de atención residencial. Eso incluye alrededor de 800 instalaciones que cuentan entre ellas hogares de cuidados a largo plazo, residencias de retiro, refugios, cárceles y prisiones, así como hospitales.
Se trata de datos clave que ninguna agencia de salud pública del país recopila ni divulga, y Loreto espera que las cifras ayuden a informar las decisiones políticas a medida que una segunda ola azota al país.
“En Ontario, se pueden ver muchas instalaciones donde las personas que compartían hasta cuatro personas en la misma habitación tuvieron un mayor número de muertes que en lugares donde los pacientes o residentes vivían uno por habitación”, dice Loreto. "Así que eso tiene importantes implicaciones políticas".
Pero la cruda realidad de cómo el virus ha impactado de manera desproporcionada a las comunidades marginadas es aún más evidente en sus números. En una hoja de cálculo que actualiza todos los días, rastrea las tasas de mortalidad de los trabajadores de la salud y también de aquellos que han muerto en brotes en el lugar de trabajo.
“Lo que me escandaliza tanto es el abrumador número de víctimas que este virus ha cobrado en las comunidades racializadas y especialmente en las comunidades negras”, dice. "La mayoría de las personas que han muerto en el sistema de salud han sido negras".
De los más de 10,000 canadienses que han muerto a causa del COVID-19, al menos 8.100 está vinculada a la atención residencial.
Loreto no está sola en tomar el asunto en sus propias manos cuando se trata de analizar la gran cantidad de datos que publican los funcionarios de salud pública.
En un esfuerzo para aprender aún más acerca de dónde COVID-19 se está extendiendo, un equipo de investigadores ha creado un mundial crowdsourced base de datos de superspreader eventos, donde 10 o más personas están infectadas.
Actualmente hay más de 1.500 eventos de este tipo en todo el mundo.
Como era de esperar en Canadá, la mayor parte de la propagación ocurre en hogares de cuidados a largo plazo, pero también se enumeran una serie de grandes reuniones, como bodas y funerales.
También incluyen brotes en el lugar de trabajo e industriales, por ejemplo, en plantas de procesamiento de carne.
Pero los datos apuntan a algunas tendencias clave. Por un lado, la gran mayoría de los eventos de súper esparcidores tuvieron lugar en interiores en lugar de al aire libre, donde las personas estuvieron confinadas juntas durante un período prolongado de tiempo. En países distintos de Canadá, muchos eventos también coincidieron con las temporadas locales de gripe.
También muestra una tendencia clave para los brotes industriales: las plantas de procesamiento de alimentos son particularmente vulnerables porque las temperaturas se mantienen bajas para preservar la calidad de los alimentos. Eso contrasta con otras fábricas y plantas donde la fabricación no tiene control de temperatura.
Los investigadores detrás de este rastreador colaborativo dicen que esperan aumentar la comprensión de dónde ocurren estos eventos, y con estos datos en la mano, los profesionales de la salud pública y los legisladores pueden sentarse y evitar que ocurran brotes en el futuro.
ARTÍCULO POR: MAHNOOR YAWAR Y TINA YAZDANI
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
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