A medida que la rabia se desborda por la ola implacable de feminicidios y violencia de género en América Latina, específicamente en torno a las mujeres a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México que buscan asilo, la gente en los Estados Unidos ha organizado manifestaciones en solidaridad con las protestas que se desarrollan en toda la región. Estas manifestaciones y acciones están contribuyendo a generar conciencia sobre la violencia de género en el exterior y en el ámbito local. Es una muestra de solidaridad feminista transfronteriza que denuncia la violencia de género, la precariedad económica y la violencia estatal que afecta a las mujeres a escala regional.
Un año después de la marcha más grande de México por el Día Internacional de la Mujer en la Ciudad de México, las manifestantes feministas pintaron los nombres de las víctimas de feminicidio en barreras metálicas erigidas alrededor del palacio nacional de la Ciudad de México el mes pasado, mientras miles se reunieron en todo el país para protestar contra el feminicidio que incluía una histórica huelga de mujeres nacional.
Por su parte, las organizadoras puertorriqueñas, Colectivo Feminista en Construcción, se reunieron en San Juan en una "comparsa afrofurista" para resaltar las luchas de afrodescencientes por la liberación del pasado y en el presente. Los manifestantes también se reunieron en otras ciudades latinoamericanas, como Buenos Aires en Argentina, San Salvador en El Salvador, Quito en Ecuador y Managua en Nicaragua, entre otros. Estos esfuerzos se han extendido a Estados Unidos, con protestas en El Paso, Texas y Los Ángeles, California.
Estas manifestaciones llaman la atención sobre la enorme violencia de género en América Latina que recientemente alcanzó un punto de inflexión.
A principios de este año, Puerto Rico declaró el estado de emergencia por el alarmante número de mujeres asesinadas; ya que activistas informan que al menos 303 mujeres fueron asesinadas en los últimos cinco años. En Argentina, el número de mujeres asesinadas alcanzó un máximo de hace 10 años, el año pasado, bajo el bloqueo del coronavirus, según La Casa del Encuentro, un grupo feminista con sede en Buenos Aires. En febrero, el asesinato de Ursula Bahillo, de 18 años, empujó a miles a las calles de Buenos Aires para protestar contra el feminicidio en el país.
Por otro lado, casi un millón de mujeres se unieron a una protesta masiva en Chile para conmemorar el Día Internacional de la Mujer en 2020 y en Honduras, una mujer ha sido asesinada cada 36 horas en lo que va del año. Entre otras estadísticas, se evidencia cómo la violencia contra las mujeres en El Salvador solo se ha agravado durante la pandemia y en México, al menos 939 mujeres fueron víctimas de feminicidio el año pasado.
Mientras tanto, a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, las mujeres protestan por la convergencia de la violencia estatal, la violencia de género y el racismo.
En Tijuana, México, la organización "Espacio Migrante" realizó una protesta virtual por el Día Internacional de la Mujer el mes pasado, compartiendo selfies de mujeres migrantes y activistas sosteniendo carteles que denunciaban el racismo y la misoginia cuando protestaban por la violencia contra las mujeres migrantes.
“Todo el mundo quiere luchar contra el machismo y los feminicidios porque todos hemos vivido algún tipo de violencia; pero también tenemos que hablar de racismo y la discriminación”, dijo Paulina Olvera Cáñez, directora y fundadora de Espacio Migrante. "Si realmente estamos hablando de feminismo, esas voces deben incluirse".
Muchas de las mujeres que participaron en la protesta viven en los albergues para migrantes de la ciudad, incluidas algunas del albergue para familias migrantes de la organización "Espacio Migrante", que abrió en 2019.
“Muchas de estas mujeres son madres solteras y muchas están huyendo de la violencia sexual desde sus países de origen y han experimentado violencia sexual en el viaje a Tijuana y en Tijuana”, dijo Olvera Cáñez.
Esta semana, la indignación creció en México y El Salvador cuando se confirmó que la migrante salvadoreña Victoria Esperanza Salazar fue asesinada por policías en Tulum. Las autoridades mexicanas anunciaron que Salazar murió bajo custodia policial luego de que le rompieron el cuello. La Procuraduría General de Justicia de Quintana Roo manifestó que la Fiscalía del Ministerio Público de México está llevando a cabo una acción penal contra los policías involucrados. Este es solo uno de los horribles asesinatos en curso que están provocando estas manifestaciones transfronterizas.
La pandemia ha significado un retroceso de estas protesta públicas; pero las activistas resaltan lo importante que es seguir actuando contra la violencia de género y esperan poder mantener el impulso de las protestas del año pasado.
Paulina Olvera Cáñez, directora y fundadora de la organización "Espacio Migrante" dijo: “Hay un fuerte deseo de estar siempre abiertos sobre las diferentes luchas, hay más conciencia sobre los feminicidios y sobre el machismo en general. La gente quiere mantener esto en marcha y desafiar al actuar”, dijo. “Las movilizaciones del año pasado generaron más ira y más coraje para que sigamos movilizándonos de cualquier manera que podamos y en cualquier capacidad”.
ARTÍCULO POR: NIDIA MELISSA BAUTISTA
FOTOGRAFÍA: ROMY ARROYO FERNANDEZ EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ MÁS INFORMACIÓN INTERNACIONAL
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