Ontario ahora permitirá a los hospitales trasladar a los pacientes que esperan cuidados a largo plazo a residencias de ancianos sin su consentimiento.
La ministra de Salud, Christine Elliott, dijo que la nueva medida es necesaria para liberar camas de las UCI en los hospitales, mientras que cientos de pacientes actualmente en el hospital esperan ser dados de alta a un hogar de cuidados a largo plazo.
“Esta fue una decisión muy difícil de tomar”, dijo Elliott. "Sin embargo, las consecuencias de no hacerlo podrían ser devastadoras si no tenemos las camas de hospital que necesitamos con urgencia para atender al creciente número de pacientes con COVID-19 en toda la provincia".
La provincia dijo que los traslados sin consentimiento solo se realizarán en los casos más urgentes y solo sucederán si los médicos confían en que no comprometerán aún más la salud de los pacientes.
La orden de emergencia es temporal y la provincia está modificando las regulaciones de la Ley de Protección Civil y Manejo de Emergencias (EMCPA) para promulgarla.
“Los hospitales están haciendo todo lo posible para mantener la capacidad al transferir a los pacientes fuera de las regiones de los puntos críticos y al reasignar personal y recursos; pero las presión es implacable”, dijo Anthony Dale, director de la Asociación de Hospitales de Ontario. “Es esencial que los hospitales trabajen muy de cerca con los pacientes que están experimentando una transición a otro tipo de cuidado durante este período difícil, al igual que con sus familias”.
Elliott dijo que la continua propagación de variantes COVID-19 continúa amenazando la capacidad de atención médica en toda la provincia.
"Sobre la base de las más de 3.400 camas que se han agregado al sistema desde el comienzo de la pandemia, nuestro gobierno continuará tomando todas las acciones necesarias para garantizar que los habitantes de Ontario tengan un lugar seguro para ser atendidos en nuestros hospitales".
Los hospitales de Ontario se han enfrentado a una importante reducción de la capacidad a medida que la tercera ola de la pandemia ha alcanzado su punto máximo.
Bonnie Lysyk reveló que los hogares de retiro no estaban obligados a prepararse para una emergencia pandémica como COVID-19 antes de que ocurriera.
En un informe especial, Lysyk mencionó el hacinamiento, la mala supervisión del ministerio y una grave escasez de personal que existía incluso antes de que ocurriera la pandemia.
Tanto el gobierno provincial como el sector de hogares de ancianos no habían prestado atención a las lecciones aprendidas de la epidemia de SARS, mientras que las preocupaciones planteadas repetidamente durante años no se abordaron, según el informe de Lysyk.
ARTÍCULO POR: MICHAEL RANGER
FOTOGRAFÍA: RAWPIXEL.COM
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
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