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Las mujeres racializadas son las que más luchan contra el estrés y la ansiedad pandémica

Writer's picture: Eliana GonzálezEliana González

Un nuevo informe encontró que las mujeres trabajadoras racializadas son las que más luchan para recuperarse de las dificultades de la pandemia del COVID-19, especialmente cuando se trata de su salud mental; ya que les faltan recursos.


Las mujeres racializadas son las que más luchan contra el estrés y la ansiedad pandémica.
Las mujeres racializadas son las que más luchan contra el estrés y la ansiedad pandémica.

El informe, “¿Quién consigue curar? Los resultados negativos de salud mental a causa del COVID-19 en mujeres trabajadoras racializadas”, se creó para compartir claridad sobre cómo las mujeres racializadas se las arreglan durante la pandemia.


Grace Barakat, investigadora principal del informe y candidata a Ph.D. de la Universidad de York, dijo que las mujeres a las que están investigando no pudieron abordar sus necesidades de salud mental porque el COVID-19 puso patas arriba sus vidas.


“Ya habíamos encontrado niveles realmente altos de ansiedad y agotamiento antes del COVID-19”, dijo Barakat. “Todos los resultados negativos que incluimos en nuestra encuesta aumentaron a raíz de la pandemia. Cuando se levantaron algunas restricciones, vimos una disminución; pero esos niveles seguían siendo bastante altos”.

De las 103 mujeres racializadas encuestadas en todo Canadá, el 68 por ciento informó haber experimentado ansiedad durante los cierres (un aumento de 17 puntos porcentuales antes de la pandemia).


El informe encontró que el 72 por ciento de estas mujeres admitió sentirse mentalmente agotada o abrumada, un 22 por ciento más alto que el porcentaje registrado antes de la pandemia, mientras que el 53 por ciento dijo que se sentía sola o aislada (un aumento del 20 por ciento).


Las razones del estrés por salud mental incluyeron mayores responsabilidades en el cuidado de los niños, menos tiempo para el autocuidado, cierre de escuelas y guarderías, menos actividad física, pérdida de empleo y dificultades económicas, entre otros factores.


Barakat dijo que si bien puede parecer que la pandemia está llegando a su fin, para muchos, estos problemas aún prevalecen y no desaparecerán pronto.


“El costo de vida es mucho más alto que hace dos años”, dijo. “Vemos que con el aumento del costo de los alimentos, aumenta el combustible. La vivienda asequible sigue siendo un problema constante a pesar de que el gobierno federal ha publicado una política nacional de vivienda, una política de 10 años. La gente no tiene tiempo para esperar por una vivienda asequible”.

“¿Quién consigue curar? Los resultados negativos de salud mental a causa del COVID-19 en mujeres trabajadoras racializadas” también amplió por qué las mujeres racializadas dudan en buscar ayuda cuando tienen problemas mentales. Según las encuestadas, el 30 por ciento dijo que se debía al estigma que rodea a la salud mental, mientras que el 27 por ciento dijo que no tenía tiempo para la terapia.


El veinticinco por ciento de los encuestados dijo que era demasiado costoso, mientras que el 19 por ciento dijo que los servicios de salud mental, como psicólogos y psicoterapia, no están cubiertos por los programas de beneficios provinciales y/o nacionales.



ARTÍCULO POR: MALEEHA SHEIKH Y LUCAS CASALETTO

FOTOGRAFÍA: TWITTER / @MGHTORONTO EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ MÁS INFORMACIÓN NACIONAL

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