Los propietarios de peluquerías están pidiendo a Ontario que permita la reapertura de su industria, diciendo que sus establecimientos son seguros y emplean amplias medidas para protegerse contra el COVID-19.
La provincia entró el viernes pasado en la primera fase de su plan de reapertura de tres pasos. Los minoristas no esenciales pudieron reabrir, se reanudaron las cenas en los patios y volvieron las clases de acondicionamiento físico al aire libre, entre otras cosas.
Los salones de belleza y otros servicios de cuidado personal; sin embargo, están programados para abrir en el paso dos, que no iniciará sino hasta el próximo mes.
Todos los profesionales de la industria dicen estar listos para reabrir con precauciones que incluyen limitar la capacidad, aceptar clientes solo con cita previa, examinar a todos para detectar el COVID-19, tener barreras de plexiglás y seguir las medidas de salud pública como el enmascaramiento y lavado de manos.
“Estamos más que preparados cuando se trata de salud y seguridad”.
El largo cierre de estos establecimientos no solo ha pausado la industria sino que también ha hecho que varias personas abandonen la industria después de estar fuera del trabajo durante largos períodos durante la pandemia.
El alcalde de Brampton dijo el miércoles que se debería permitir la reapertura de los servicios de cuidado personal este mes.
"Los cierres han creado una economía clandestina y, dado el declive de los casos de COVID-19, creo que hay un camino para reabrir de forma segura antes del 2 de julio", dijo Patrick Brown, y agregó que la industria ha estado cerrada en su ciudad desde el 23 de noviembre.
Kathy Inch, fundadora de la Ontario Hairstylists Association, que aboga por los miembros de la industria, dijo que los protocolos de seguridad de los salones de belleza “han sido increíbles” durante la pandemia; pero muchos en el sector ahora están luchando debido a cierres prolongados.
El cierre también ha creado una economía clandestina de salones y spas que operan en violación de las reglas, mientras que las empresas cotizadas permanecen cerradas, dijo Inch, propietaria de un salón en Pickering, Ontario.
El "secreto a voces" ha sido injusto para quienes permanecen cerrados, dijo, y señaló que los propietarios de los salones aún tienen que pagar el alquiler, el seguro y los costos operativos con cero ingresos, mientras que los clientes se quedan con los que trabajan en secreto y/o a puerta cerrada.
Aunque es entendible operar ilegalmente para tratar de ganarse la vida, mantener cerrada la industria esta poniendo a las personas en riesgo.
“Todo esto ha hecho que se haya creado una economía clandestina de estilistas que brindan servicios sin regulación; ya sea en sus hogares o en los hogares de las personas. ¿No habría sido más seguro para todos mantenernos abiertos y trabajando?"
La Federación Canadiense de Negocios Independientes ha instado al gobierno a agregar a los salones de belleza, barberías y otros servicios de cuidado personal a la lista de negocios autorizados a reabrir en el primer paso.
“A este ritmo, muchas provincias volverán a sus operaciones comerciales normales antes de que los habitantes de Ontario puedan incluso cortarse el cabello. Necesitamos acelerar el ritmo ahora o muchas empresas ni siquiera lograrán reabrir”, dijo el presidente de CFIB, Dan Kelly, en un comunicado la semana pasada.
El gobierno de Ontario dijo que está adoptando un enfoque cauteloso para flexibilizar las medidas de salud pública en función de las tasas de vacunación en toda la provincia y las mejoras en los indicadores clave del sistema de salud.
"Las variantes de COVID-19 altamente contagiosas han demostrado que los indicadores clave pueden cambiar muy rápidamente y debemos permanecer alerta", dijo un portavoz del Ministerio de Salud en un comunicado.
ARTÍCULO POR: DENISE PAGLINAWAN
FOTOGRAFÍA: FREEPIK
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
MÁS INFORMACIÓN LOCAL
Comments