Los planes de romper con la Corona británica y proclamar una república están en la agenda de la mayoría de las antiguas colonias británicas del Caribe, un movimiento que puede acelerarse tras el fallecimiento de Isabel II.
Bahamas, Belice, Jamaica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía son las excolonias que tras su independencia mantuvieron como jefe de Estado a la monarca inglesa y que en los últimos meses han abogado por cambiar su estatus político.
Gaston Browne, primer ministro de Antigua y Barbuda, independiente desde 1981, reiteró este deseo poco después del deceso de Isabel II, al anunciar que convocará un referéndum en un plazo de tres años para que la población decida si quiere mantenerse unida a la monarquía británica o proclamar una república.
Este no es un acto de hostilidad ni ninguna diferencia entre Antigua y Barbuda y la monarquía, pero es el paso final para completar ese círculo de independencia, para garantizar que seamos verdaderamente una nación soberana.
Subrayó Browne el pasado sábado.
Según dijo a Efe el exrepresentante permanente ante las Naciones Unidas de Santa Lucía Cosmos Richardson, la muerte de Isabel II "no va a frenar los llamados al republicanismo y a que el Reino Unido pague reparaciones y pida disculpas por las atrocidades de la esclavitud".
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