Tres atletas refugiados de Sudán del Sur, que compiten en los Juegos Olímpicos, se dirigirán a una universidad canadiense este otoño bajo un programa que brinda a los estudiantes desplazados por el conflicto la oportunidad de perseguir sus metas académicas.
Rose Nathike Likonyen, Paulo Amotun Lokoro y James Nyang Chiengjiek son actualmente miembros del Equipo Olímpico de Refugiados en los Juegos de Tokio.
Los tres se dirigirán a Sheridan College en Oakville, Ontario, como el primer grupo de estudiantes en una nueva iniciativa atlética del Programa de Estudiantes Refugiados, que cuenta con instituciones postsecundarias que patrocinan a los refugiados de forma privada.
"Se han ganado la oportunidad de reconstruir sus vidas y trazar su camino hacia el éxito y estamos muy orgullosos de participar en eso", dijo Janet Morrison, presidenta de Sheridan, en una entrevista.
Los tres atletas huyeron del conflicto en Sudán del Sur cuando eran niños y crecieron en el campo de refugiados de Kakuma en Kenia, donde aún viven.
Likonyen y Chiengjiek compitieron en las carreras de 800 metros en los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro como parte del Equipo Olímpico de Refugiados, mientras que Lokoro compitió en la carrera de 1.500 metros en esos Juegos.
Sheridan está trabajando con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, el Comité Olímpico Internacional y el Servicio Universitario Mundial de Canadá, una organización sin fines de lucro que administra el Programa de Estudiantes Refugiados, para llevar a los atletas a Ontario.
El trío comenzará su primer año en la corriente de actualización académica de Sheridan, que se enfoca en lectoescritura, aritmética y pensamiento crítico; pero luego podrían elegir diferentes opciones para seguir en función de sus propios intereses y aspiraciones profesionales, dijo Morrison.
La universidad apoyará a los atletas con asesoramiento académico, recursos de salud física, mental y apoyo para la vivienda, entre otras cosas.
“Hay mucha investigación sobre cómo posicionar a los estudiantes para el éxito, estudiantes diferentes con todo tipo de antecedentes y experiencias vividas. Lo que sabemos es que es fundamental para eso un sentido de propósito, que creo que, sin duda, estos tres estudiantes tienen”, dijo. “Han vivido una experiencia de conflicto y persecución, así que les brindaremos acceso a recursos para ayudarlos a reconstruir sus vidas aquí”.
El Servicio Universitario Mundial de Canadá dijo que los tres atletas podrían ayudar a crear conciencia sobre la necesidad de apoyar a más refugiados.
"Lo que Rose Nathike, Paulo Amotun y James Nyang le recordarán al mundo en el escenario olímpico de Tokio es que tenemos la responsabilidad colectiva de defender los derechos y ayudar a desarrollar el potencial de millones de refugiados en todo el mundo", dijo el director ejecutivo Chris Eaton dijo en un comunicado.
ACNUR dijo que le gustaría que otros países patrocinaran a los refugiados de manera similar.
“Si bien el reasentamiento de estudiantes deportistas refugiados es relativamente nuevo, las universidades y colegios canadienses tienen una larga historia de patrocinio de refugiados para que se reubiquen y realicen estudios postsecundarios en sus instituciones”, dijo Michael Casasola, oficial superior de reasentamiento del ACNUR en Canadá. "Es un modelo que ACNUR ha estado animando a que sigan otros países para que más refugiados puedan acceder a la educación postsecundaria y obtener una solución duradera".
ARTÍCULO POR: ELENA DE LUIGI
FOTOGRAFÍA: XU CHANG
EDICIÓN Y TRADUCCIÓN POR: ELIANA GONZÁLEZ
Comentários