El canciller alemán Olaf Scholz ha perdido este lunes la confianza del Bundestag en una votación que despeja el camino a la celebración de elecciones anticipadas.
De los 733 diputados que integran el Bundestag, Scholz recibió el apoyo de los 207 diputados del grupo socialdemócrata, en una derrota buscada que la populista Alternativa para Alemania (AfD) podría haber convertido en caos si sus 76 diputados, o al menos 43 de ellos, hubieran votado por Scholz para llegar a la mayoría de 367 votos que, hasta su salida del tripartito, le garantizaban los liberales del FDP. La posibilidad de boicot entró como variable en las quinielas, hasta que la dirección del partido la descartó oficialmente por no ver beneficios políticos en tal operación. Los Verdes, por si acaso, aseguraron a su socio de Gobierno la derrota votando masivamente en abstención. En total fueron 394 votos en contra y 117 abstenciones.
Scholz ya había adelantado en noviembre pasado su intención de perder el voto de este lunes cuando se rompió la coalición de socialdemócratas, verdes y liberales que presidía y estos últimos fueron expulsados, dejando un Gobierno en minoría.
Tras perder el voto, Scholz se dirigía al Palacio de Bellevue para entrevistarse con el presidente de la República Federal Alemana, Frank-Walter Steinmeier, para pedirle que disuelva el Parlamento.
Éste dispone hasta el 6 de enero para tomar una decisión y está previsto que realice antes, aún siendo una mera formalidad, una ronda de contactos con los jefes de los partidos democráticos.
La Constitución prevé que entre la disolución del Parlamento y la fecha de los nuevos comicios medien como máximo dos meses, pero la fecha con que trabajan todas las fuerzas políticas, pactada por el Gobierno y la oposición precisamente a petición de Steinmeier, es la del 23 de febrero.
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