Un cese el fuego en la guerra entre Israel y el movimiento islamista Hezbolá entró en vigor este miércoles en Líbano, donde reina una calma precaria después de más de un año de enfrentamientos que han dejado miles de muertos.
La tregua comenzó a regir a las 4 de la mañana para poner fin a una guerra que forzó el desplazamiento de decenas de miles de personas en Israel y de cientos de miles más en Líbano.
Por primera vez desde hace dos meses, los habitantes de Beirut, el sur de Líbano, la Becá y otras regiones se despiertan sin oír el inquietante rugido de un dron o el estruendo de un avión de combate que rompe la barrera del sonido.
El ejército libanés emitió un comunicado anunciando el comienzo de su despliegue en el sur del país. Hace un llamamiento a los desplazados para que no regresen a sus pueblos inmediatamente antes de la retirada israelí.
A primera hora de la mañana, el Ministro de Transportes se desplazó a los suburbios del sur para anunciar el inicio de los trabajos de apertura de las carreteras cerradas por los escombros. Pero algunas familias no esperaron a que se despejaran las carreteras para regresar a sus hogares con maletas y sus pertenencias a cuestas, sin saber si cuando llegaran encontrarían sus casas en pie.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que, con la tregua, las fuerzas israelíes podrán concentrarse en las tensiones con Irán y en la guerra contra Hamás.
Netanyahu habló por teléfono con el presidente estadounidense, Joe Biden, y le agradeció "su implicación" para alcanzar el acuerdo, informó la oficina del primer ministro israelí.
Este cese el fuego supone un "paso fundamental" para la estabilidad regional, apuntó por su parte el primer ministro libanés, Nayib Mikati.
De momento, Hezbolá no comentó públicamente el acuerdo.
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