El Gobierno de Joe Biden está preparando una nueva regulación para obligar a las compañías aéreas a compensar a los pasajeros y cubrir sus gastos en comidas y habitaciones de hotel si sus vuelos se retrasan o cancelan por razones que están bajo el control de la aerolínea, según ha anunciado el secretario de Transportes, Pete Buttigieg, a través de un comunicado.
El proceso de elaboración de las normas puede llevar meses o incluso años.
“Cuando una compañía aérea provoca la cancelación o el retraso de un vuelo, los pasajeros no deben pagar la factura”, ha declarado Buttigieg en el comunicado.
Esta norma propondría, por primera vez en la historia de Estados Unidos, exigir a las aerolíneas que compensen a los pasajeros y cubran gastos como comidas, hoteles y cambios de reserva en los casos en que la aerolínea haya causado una cancelación o un retraso significativo.
La normativa prevista pretende definir que es una cancelación o retraso controlable por la aerolínea. Partiendo de esa premisa, abordará la compensación a los pasajeros cuando se produzca una cancelación o un retraso significativo por causas bajo control de la compañía aérea; una comida o vale de comida, alojamiento nocturno, transporte terrestre de ida y vuelta al hotel, y cambio de reserva en caso de retrasos o cancelaciones controlables.
Los problemas mecánicos del avión o la falta de tripulación, causa de muchos retrasos y cancelaciones, serán imputables a las compañías aéreas. No es probable que se les imputen los que tengan causas meteorológicas graves si no media alguna responsabilidad de la aerolínea.
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