Mientras los estadounidenses se dirigen a las urnas, los funcionarios canadienses y los expertos en inmigración están atentos a los posibles impactos en las políticas de inmigración de Canadá. La frontera de Canadá con Estados Unidos, la frontera sin defensas más larga del mundo, refleja una relación que influye significativamente en las políticas de ambos países, especialmente en torno a la inmigración.
Según los datos de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá (IRCC), las llegadas irregulares aumentaron de 2.434 en 2016 a 20.593 en 2017, y la mayoría llegó por tierra en Quebec, lo que puso en el centro de atención lugares como Roxham Road.
El interés por mudarse a Canadá está aumentando una vez más entre los estadounidenses preocupados por los posibles cambios en la política estadounidense. Si bien las discusiones sobre mudarse al norte a menudo aumentan durante los ciclos electorales, Mario Bellissimo, un abogado de inmigración con sede en Toronto y Especialista Certificado en Derecho de Ciudadanía e Inmigración y Protección de Refugiados, dijo que el número real de estadounidenses que se mudan tiende a ser menor que el interés inicial.
“En las últimas elecciones presidenciales, hemos notado un aumento en las consultas”, dijo Bellissimo. “En 2016, después de la elección de Trump, el interés fue muy alto. Pero la cantidad real de personas que llevaron a cabo esas intenciones nunca es tan alta como lo que se expresó inicialmente”.
Los datos de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá (IRCC) muestran que 88.830 ciudadanos estadounidenses obtuvieron la residencia permanente en Canadá desde 2015. Cualquier “aumento de Trump” en la inmigración después de la elección estadounidense de 2016 parece haber sido modesto.
Cuando se le preguntó en la Cámara de los Comunes la semana pasada si Canadá tiene un plan en caso de que una elección estadounidense desencadene una “oleada” de migración, el Ministro de Inmigración Marc Miller simplemente respondió: “Sí”.
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