Científicos internacionales que examinaron datos genéticos hasta ahora inaccesibles de muestras recogidas en un mercado en china, cerca de donde se detectaron los primeros casos humanos de COVID-19, informaron que hallaron indicios de que la pandemia se originó en animales, no en un laboratorio.
Otros expertos aún no han verificado el análisis, que tampoco ha aparecido hasta ahora en publicaciones revisadas por colegas. No se sabe a ciencia cierta cómo el coronavirus empezó a afectar a los seres humanos.
Hoy el doctor Tedros Adhamon, director general de la organización mundial de la salud criticó el hecho de que china no compartiera esta información genética anteriormente.
Las muestras fueron recogidas de superficies en el mercado de mariscos Huanan en Wuhan, después de que aparecieran los primeros casos humanos de COVID-19 a fines de 2019.
Tedros dijo que las secuencias genéticas fueron cargadas en la base de datos de virus más grande del mundo por científicos del centro de control y prevención de enfermedades chino. Desde entonces se han retirado los datos de la base
Estos datos no dan una respuesta definitiva a cómo comenzó la pandemia, pero cada uno es importante para acercarnos a esa respuesta. Todos los datos relacionados al origen del COVID-19 deben ser compartidos con la comunidad internacional de manera inmediata. Estos datos pudieron y debieron ser divulgados hace tres años, seguimos haciendo un llamado a china para sea transparente con los datos, para que lleve a cabo las investigaciones necesarias y que comparta los resultados.
Un biólogo francés halló la información por casualidad cuando recorría la base de datos y la mostró a un grupo de científicos fuera de china que buscaban los orígenes del coronavirus.
Datos de secuenciación genética revelaron que alguna de las muestras, que se sabía daban positivo para el coronavirus, también contenían material genético de mapaches japoneses, lo que indicaba que los animales estaban infectados por el virus, según los científicos. los primeros informes sobre los análisis aparecieron en la revista The Atlantic.
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