Por décimo día consecutivo, los trabajadores del mayor sindicato de la función pública federal de Canadá se lanzan a los piquetes mientras prosiguen las negociaciones.
Ambas partes se enfrentan a presiones para llegar a un acuerdo, aunque no se habla de que la legislación de vuelta al trabajo esté en camino.
Según un comunicado de la presidenta del Consejo del Tesoro, Mona Fortier, a principios de esta semana, los salarios y el trabajo a distancia son algunos de los puntos de discordia en el conflicto laboral.
El Gobierno federal ofrece un aumento salarial del 9% en tres años, con efecto retroactivo hasta 2021.
Por su parte, el sindicato afirma que ha ajustado su petición inicial de un aumento del 13,5% en el mismo periodo de tiempo, pero no revela la nueva cifra.
Mientras continúa la huelga, los canadienses se enfrentan a una amplia gama de interrupciones en los servicios federales, desde los servicios de inmigración hasta la solicitud de pasaportes.
Léase también: Servicios migratorios impactados por la huelga.
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