La injerencia extranjera estuvo presente en los debates políticos casi durante todo el año, especialmente por las denuncias de interferencia china en las elecciones de Canadá.
El primer escándalo explotó tras reportes de varios medios de comunicación de que el MP Michael Chong y sus familiares en Hong Kong habían sido blanco de una campaña política China. Luego de conocerse esta información el gobierno liberal fue duramente criticado pues según las publicaciones sabían desde hacía dos años sobre estas amenazas pero Chong y su familia no fueron avisados. El primer ministro negó repetidas veces conocer esta información.
La oposición también levantó cuestionamientos sobre candidatos recibiendo dinero de China y hasta la fundación Trudeau por un donativo de una persona ligada al régimen en Pekín. Creció el llamado por una investigación pública sobre el tema de la injerencia extranjera en las elecciones de Canadá. El gobierno se negó a una investigación pública alegando que se trataba de información de inteligencia que comprometía la seguridad nacional, en cambio designaron a un relator especial. El designado fue el ex gobernador de Canadá, David Johnston.
Jhonston apoyó la posición del gobierno de que una investigación era necesaria, pero no de forma pública. La oposición de inmediato rechazó a Jhonston como relator y exigieron su renuncia, lo que terminó ocurriendo en el mes de Junio.
Finalmente en septiembre la jueza Marie-Josée Hogue fue designada para dirigir una investigación, cuyas primeras audiencias se realizarán en enero y serán públicas.
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