El ministro de Inmigración, Marc Miller, presentó hoy una ley que pretende ampliar la ciudadanía a algunos niños nacidos fuera del país.
En 2009, el gobierno conservador modificó la ley para que los padres canadienses nacidos en el extranjero no pudieran transmitir su ciudadanía, a menos que su hijo naciera en Canadá. A los afectados se les conoce como los “canadienses perdidos”
Pero ahora este proyecto de ley busca subsanar esta situación, así lo anunció el ministro de inmigración Marc Miller:
La legislación propuesta extenderá la ciudadanía más allá de la primera generación de manera inclusiva y que defiende el valor de nuestra ciudadanía. De ser aprobada extenderá de manera automática la ciudadanía a cualquier hijo de padres canadienses nacido en el extranjero antes de que la ley fuera aprobada. También estamos introduciendo enmiendas para responder a los asuntos que fueron planteados en el comité parlamentario así como en los tribunales. Se restaurará la ciudadanía a los llamados “canadienses perdidos”, que podía ser alguien que no pudo obtener la ciudadanía canadiense en primer lugar o la perdió por la anterior y obsoleta disposición legislativa. Bajo la nueva ley los niños nacidos en el extranjero hijos de un padre canadiense que también nació en el extranjero obtendrán la ciudadanía desde su nacimiento, si sus padres pueden demostrar que tienen una conexión sustancial con Canadá.
Los padres nacidos fuera de Canadá tendrán que haber pasado al menos tres años en Canadá antes del nacimiento o adopción de su hijo para transmitirle la nacionalidad canadiense.
El año pasado, el Tribunal Superior de Ontario dictaminó que el sistema actual crea inconstitucionalmente dos clases de canadienses, y dio de plazo a Ottawa hasta el 19 de junio para solucionar el problema.
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