Miles de fieles despidieron este jueves en la plaza de San Pedro, en el Vaticano, al papa emérito, Benedicto XVI, que murió el pasado 31 de diciembre.
El Papa Francisco llegó hacia las 9.20 horas, en silla de ruedas, y tomó lugar en el palco, dando inicio a la celebración fúnebre, concelebrada por unos 130 cardenales, 400 obispos y casi 3.700 sacerdotes.
Tras la misa, encabezada por el papa Francisco, el féretro fue llevado a las grutas de la basílica para la sepultura en la que fue la tumba de Juan Pablo II.
Jefes de Estado y miembros de la realeza, clérigos de todo el mundo y miles de fieles acudieron en masa al Vaticano a pesar de los pedidos del papa emérito para una despedida sencilla y de los esfuerzos de la Santa Sede por hacer que el primer funeral de un para emérito en los tiempos modernos fuese discreto.
La información sobre el número de personas que asistieron al funeral del papa emérito Benedicto XVI desató una polémica en torno a la masividad del evento. Si bien las primeras informaciones de la Policía de Roma habían calculado que habían llegado a la plaza de San Pedro al menos 100.000 fieles, los números de la gendarmería vaticana mostraron una merma significativa con cerca de 50.000 asistentes, es decir la mitad.
La celebración fue tranquila, breve y sin inconvenientes. Ene se sentido, no se vivieron las aglomeraciones de otros funerales pontificios, como los del papa Juan Pablo II, al que asistieron cerca de 200.000 fieles.
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