El 23 y 24 de junio se vivió un gran momento de tensión cuando combatientes del grupo Wagner se rebelaron y marcharon hacia Moscú.
El presidente ruso, Vladimir Putin, denunció la "traición" del jefe de los paramilitares, Yevgueni Prigozhin.
Prigozhin dijo que había levantado a sus hombres en represalia al ministro de defensa ruso alegando que sus tropas habían sido agredidas por el ministerio. Lograron tomar varias ciudades prácticamente sin oposición y anunciaron que seguirán hasta Moscú.
En represalia, el Servicio Federal de Seguridad inició un proceso penal contra Progozhin por incitar un levantamiento armado. En un discurso televisado el presidente Putin tildó las acciones del grupo de traición y prometió erradicar la rebelión.
Finalmente, tras la mediación del presidente de Bielorrusia, Prigozhin ordenó a sus hombres volver a sus bases.
Dos meses después, Prigozhin murió en un accidente de avión y los países occidentales y Ucrania sospechan que el Kremlin estuvo implicado.
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