El Papa Francisco condenó el lunes a Irán por usar la pena de muerte contra los manifestantes que exigían un mayor respeto por las mujeres.
Las declaraciones del Papa, hechas en su discurso anual a los diplomáticos acreditados ante el Vaticano, fueron las más fuertes desde el comienzo de las protestas nacionales en Irán tras la muerte en septiembre pasado de la mujer kurdo-iraní Mahsa Amini, de 22 años, bajo custodia policial.
Francisco también repitió un llamamiento para el fin de la pena de muerte en todo el mundo.
El derecho a la vida también está amenazado en esos lugares donde se sigue imponiendo la pena de muerte, como está ocurriendo últimamente en Irán, siguiendo a las manifestaciones que demandan más respeto por la dignidad de las mujeres. La pena de muerte no puede ser utilizada como una presunta justicia de estado, porque no constituye un disuasorio, ni brinda justicia a las víctimas, lo único que alimenta es la sed de venganza. Por lo tanto, yo apelo porque la pena de muerte sea siempre inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona y que sea abolida en todos los países del mundo.
Se recuerda que cuatro manifestantes han sido ejecutados tras las protestas en Irán.
Además, el Papa Francisco dijo que guerras como la de Ucrania, donde las áreas civiles están sujetas a lo que llamó destrucción indiscriminada, son "un crimen contra Dios y la humanidad".
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