
El papa Francisco sufrió un repentino empeoramiento de su cuadro respiratorio este viernes por una crisis de broncoespasmo aislado que resultó en que inhalara vómito, lo que requirió ventilación mecánica no invasiva, pero respondió bien y permaneció consciente y alerta en todo momento, según informó el Vaticano.
El episodio, reportado tarde el viernes por el Vaticano, llevó a los médicos a mantener su pronóstico como reservado, tras una batalla de dos semanas contra una neumonía doble.
El episodio, que ocurrió a primera hora de la tarde, resultó en un “empeoramiento repentino de la situación respiratoria”. Los médicos decidieron mantener el pronóstico de Francisco como reservado e indicaron que necesitaban de 24 a 48 horas para evaluar cómo y si el episodio había impactado su condición clínica general.
Anteriormente los médicos sugirieron que el papa había superado la fase más crítica de la infección, aunque se abstuvieron de afirmar que estaba completamente fuera de peligro.
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