El pobre desempeño del presidente en el debate televisado de anoche a levantado las alarmas en el partido demócrata. En varias respuestas al presidente le costó desarrollar las ideas y mantener la coherencia, alimentando las preocupciones por su avanzada edad y su capacidad para seguir dirigiendo al país por 4 años más, ahora la pregunta es si a los demócratas les conviene seguir adelante con Joe Biden como candidato para enfrentar a Trump en noviembre y si pueden cambiarlo a esta altura.
La respuesta es si, es posible que el partido nomine a otro candidato, si el propio Biden decide retirarse de la contienda, hacerlo en contra de su voluntad es practicamente imposible, porque Biden ha conseguido durante estos últimos meses unos 3.900 delegados, de sobra, para garantizar la nominación al final.
Si Biden abandonara la campaña después de la mayoría de las primarias o incluso durante la convención, los delegados individuales tendrían que elegir al candidato del partido en el pleno de la convención.
La gran mayoría de los delegados que ya han sido escogidos responden a Biden y ellos serían los responsables de escoger a su sustituto en la boleta.
El Comité Nacional Demócrata tenía planes de nominar a Biden el próximo 7 de Agosto, de manera virtual antes de la Convención del 19 de Agosto para cumplir con una formalidad de la boleta en Ohio.
Luego está la cuestión de quién podría ser el candidato o candidata.
Según los analistas la candidata natural sería la vicepresidenta Kamala Harris, quien es la más preparada y con más experiencia, pero tiene el problema de que arrastra la impopularidad de Biden por ser su compañera de gobierno. También enfrentaría el reto de lograr captar el voto de los conservadores siendo negra y mujer.
Los otros dos nombres que se barajan son el del gobernador de California, Gavin Newsom y la gobernadora por Michigan, Gretchen Whitmer. Pero ninguno de ellos marcaba mejor que Biden en las encuestas contra Trump.
También está la cuestión del dinero, la campaña de Biden había recaudado 212 millones a finales de Mayo y el partido demócrata ha gastado 346 millones en su candidato, escoger a otro significaría perder esos recursos y volver a buscar fondos para lanzar a un candidato nuevo.
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