Santiago Peña se convirtió ayer en el nuevo presidente electo de Paraguay, tras el órgano electoral confirmar que ganó los comisios con casi el doble de los votos que su más cercano contendiente.
Fue ministro de Hacienda entre 2015 y 2017 y exmiembro del Banco Central entre 2000 y 2009. Se ha comprometido a crear 500.000 nuevos puestos de trabajo, ofrecer guarderías gratuitas para madres trabajadoras o en formación, llevar a cabo un plan integral de lucha contra el tráfico y consumo de drogas y mejorar el acceso a la vivienda.
Sin embargo, su elogio a los "años de estabilidad" de la dictadura militar del también colorado Alfredo Stroessner (1954-1989), expresado en una entrevista concedida en febrero al diario brasileño Folha, ha sido objeto de críticas.
Las dos corrientes principales dentro de los colorados se enfrentaron en las elecciones primarias de diciembre de 2022, prevaleciendo la que auspicia el presidente del partido, Horacio Cartes, también expresidente paraguayo (2013-2018).
Peña llega al poder auspiciado por esta polémica figura de la política del país, rico empresario y magnate del tabaco, que fue declarado "notablemente corrupto" por el gobierno de Estados Unidos, lo que le provocó una prohibición de entrada y de transacciones en el país norteamericano. El vicepresidente saliente, Hugo Velásquez, sufrió la misma suerte, lo que lo llevó a retirarse de las elecciones primarias del partido.
En su discurso como ganador, Peña agradeció a Cartes, quien estuvo a su lado en ese momento y quien fue su padrino político durante toda la campaña electoral.
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