La economía de Bolivia continúa sumando contratiempos, pese a que el gobierno del presidente Luis Arce insiste en que hay solvencia. Fabiola Chambi de la Voz de América con los detalles.
En los últimos meses, Bolivia ha experimentado un fuerte declive en su economía, lo que ha generado preocupación en la población y en los expertos en la materia. El país andino, que había logrado un crecimiento económico sostenido en los últimos años, ha visto cómo sus indicadores económicos se han deteriorado drásticamente en poco tiempo.
Según datos del Banco Central de Bolivia, la economía boliviana se contrajo un 11,1% en 2020 debido a la pandemia de Covid-19 y las medidas de confinamiento que se adoptaron para contener su propagación. A pesar de que la situación sanitaria ha mejorado en el país, la economía no ha logrado recuperarse y, por el contrario, ha seguido cayendo.
Uno de los principales problemas que enfrenta la economía boliviana es la falta de inversión extranjera. En los últimos años, el país había logrado atraer importantes inversiones en sectores como la minería, la energía y el turismo, lo que había impulsado su crecimiento económico. Sin embargo, la situación política del país y la incertidumbre generada por la pandemia han disuadido a los inversionistas extranjeros, lo que ha afectado negativamente la economía.
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