La Comisión de Transporte de Toronto, CTT, está llevando a cabo una paulatina revolución verde que tiene como meta disponer de una flota de autobuses de emisiones cero, es decir que no produzcan contaminación causante del calentamiento global.
Esta transformación comenzó en 2017 con la compra de 60 vehículos como parte de un proyecto piloto. El proyecto piloto también fue financiado por el Fondo federal de infraestructura de transporte público. Aquel primer ensayo permitió a la CTT conocer mejor una tecnología aún joven y perfeccionable y también elaborar un esbozo de lo que sería la futura generación de autobuses eléctricos que le gustaría ver circulando por las calles de la ciudad más populosa de Canadá.
Para el momento en que la CTT llevó a cabo el pedido de estos nuevos vehículos eléctricos, se habían entregado al organismo público otros autobuses, esta vez híbridos, los primeros de una serie de 336.
El último autobús térmico, que funciona quemando diésel, fue adquirido en 2018 y será retirado del servicio en 2031, mientras que el último autobús híbrido será retirado del servicio en 2037.
A partir de ese momento tendremos una flota totalmente eléctrica, tres años antes del objetivo TransformTO, afirmó Bem Case, refiriéndose al objetivo de la ciudad de tener una flota de emisiones cero de carbono para el año 2040.
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